El rumor no es información!!


2010
 Las leyes bolivianas indican claramente que el ejercicio del periodismo debe ser hecho por profesionales. Algunos empresarios de medios y otros sectores interesados sostienen que cualquier persona puede hacer periodismo porque existe libertad de expresión. El Estado delega a las universidades la posibilidad de formar comunicadores y periodistas para satisfacer uno de los derechos humanos básicos que es el de la información. Todo ciudadano debe ser informado oportunamente de lo que ocurre en la sociedad. Para los periodistas profesionales información es sinónimo de verdad. Los rumores son todo lo contrario. Son desinformación.
La verdad no está disponible en las calles. El periodista está capacitado para aplicar métodos y técnicas de investigación para verificar y comprobar los hechos sobre los cuales debe informar. Solamente cuando hay certeza sobre la veracidad de los hechos es posible generar una noticia y publicarla. Cualquier difusión incompleta o basada en rumores es un acto de alta irresponsabilidad.
La crisis de credibilidad del periodismo boliviano también se debe a la fata de profesionalismo. A eso se suman las tergiversaciones hechas a la “libertad de expresión” que se convierten en abuso de la profesión y del acceso a los medios. Hay quienes pueden hacer programas de opinión disfrazados de periodismo y protegidos por esa supuesta libertad. Otros piensan que opinar es informar olvidando que la opinión no necesariamente es verdad.
También se cree que el periodismo es un cuarto poder. Pensar que se tiene algún tipo poder sobre la información es absolutamente antiético. El periodista solamente tiene una obligación y ningún poder sobre los hechos investigados: entregarlos adecuada y oportunamente a la población en forma de noticia.
El trabajo del periodista amerita mucho cuidado y es complejo. Es comparable con la del médico que por un error puede acabar con una vida. Un mal trabajo informativo puede acabar con la vida civil de una persona. Difundir irresponsablemente un rumor puede acabar con la vida institucional de un banco, de un hospital o de una empresa. Por eso no es responsable dejar que cualquier persona maneje un medio de comunicación o un programa periodístico. Es como permitir que un hospital sea manejado por un curandero.
La legislación boliviana sobre comunicación y periodismo es completa pero tiene concepciones diferentes. La Ley de Imprenta está concebida con la noción de Libertad de expresión que es antigua pero necesaria. La Constitución Política del Estado prevé la defensa del derecho a la información y comunicación que son más amplios y abarcantes. Es necesario unificar la concepción de las normas para garantizar que la población esté debidamente informada. Ese también es un factor que provoca tergiversación del ejercicio periodístico.
Lo que en ambas concepciones de derecho está claro es que el rumor nunca es información y su difusión es un acto de irresponsabilidad.
El caso del Banco de Crédito BCP nos ayuda a pensar en la situación actual de algunas prácticas periodísticas. Es necesario discutir abiertamente para que toda la población esté consciente de la importancia de estar bien informada y sobre todo de que la libertad de los informadores tiene límites. No se puede emitir cualquier cosa usando como escudo la libertad de expresión. La responsabilidad es una dimensión fundamental del derecho y el ejercicio ciudadano. guardia@ucbcba.edu.bo


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