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Mostrando entradas de enero, 2017

Cruda lucha digital

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Las comunicaciones del siglo XX estuvieron marcadas por la cultura de medios tradicionales que se caracterizan por la unidireccionalidad de sus flujos. La internet inauguró el modelo de red en el que las personas no solo reciben información sino también pueden emitirla. Los políticos no dudaron jamás de que los medios tradicionales podrían ser utilizados para sus fines. Así lo hicieron. La radio sirvió para poner en relieve el discurso nazi cuando su manejo monopólico era inevitable. Los impresos y la televisión fueron privilegiados escenarios y espacios de debate y desarrollo de la lucha política. Hasta que llegó la comunicación virtual de las redes sociales. Foto propia El uso político de los medios tradicionales consiste en emitir mensajes persistentemente hasta lograr la persuasión. La capacidad de convencimiento y creatividad son condimentos importantes para lograr adhesión de personas a ideas propuestas. El público espera que la veracidad sea un ideal de los géneros period

Géneros mediáticos y familia

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Todavía existe la creencia de que los medios de comunicación contribuyen a desintegrar y tergiversar la familia nuclear. Se atribuye a   éstos la capacidad de condicionar de manera unilateral el comportamiento y pensamiento de las personas. Son falacias completamente alejadas de la realidad. Al contrario. Los diferentes géneros producidos y difundidos por los medios masivos tienden a reforzar esa estructura tradicional compuesta por padres monogámicos y descendientes directos. La publicidad es un género cuyo objetivo es promocionar el consumo de bienes y servicios. Para el logro de sus objetivos recurre a estudios de mercado con los que detecta demandas y características de la cultura de los públicos. Para alcanzar a un determinado sector utiliza símbolos de clases sociales algo más elevadas en status. El consumidor asocia productos con necesidades de ascenso social. Las industrias culturales funcionan gracias a ese mecanismo que suele ser sobresaturado. Pero quien decide la compra