¿Deben los periodistas ser profesionales?
La calidad de la información que se produce en los medios de
comunicación bolivianos tiene deficiencias. Diversos estudios
científicos como los del Observatorio Nacional de Medios así lo
demuestran. Son muchos los factores que inciden en este complejo
panorama. Uno de ellos es la falta de profesionalización de quienes se
encargan de producir y difundir información de interés público.
El periodismo es una profesión como cualquier otra. Necesita capacitación sistemática en aspectos técnicos y éticos porque no son conocimientos con los cuales se nace. El Estado delega a las universidades la función de formar recursos humanos capacitados para identificar temas relevantes para la comunidad e investigarlos. Son técnicos especializados en codificar mensajes con información que exige verificación y contrastación con fuentes antagónicas.
Existen empresarios y directivos de medios que contratan personas sin calificación para reducir sus costos de operación. Es una actitud irresponsable porque es como permitir que un hospital contrate curanderos para hacer cirugías. Un mal médico puede matar un paciente. Un mal periodista puede matar civilmente a un ciudadano o institución. Tenemos muchos ejemplos ocurridos en los últimos años.
Vivimos
un momento importante en la historia del periodismo y la comunicación
en vista de los anuncios de modificar o crear nuevas disposiciones
legales por parte del Gobierno. Cerrar filas para evitar que toquen la
Ley de Imprenta sin una autoevaluación profunda puede desencadenar
intervenciones autoritarias por parte de poderes que ya anunciaron su
vocación controladora de las libertades. Una buena señal sería iniciar
un proceso de profesionalización del personal que maneja medios y
mensajes. No hay argumentos para que los llamados “empíricos” no puedan
estudiar un curso superior. Si alguien quiere ser periodista debe entrar
a una universidad como lo hace un arquitecto o un abogado. Será un paso
para que el derecho a una información veraz y oportuna sea satisfecho
en beneficio de la democracia y la formación saludable de la opinión
pública. Los medios recuperarán la credibilidad que la pierden con toda
facilidad cuando vulneran derechos personales de los ciudadanos o
convierten los informativos en espectáculos sensacionalistas.
Necesitamos que los periodistas vayan al fondo de los hechos y no hagan show con temas importantes para la sociedad. Esperamos causas y consecuencias respecto de los acontecimientos y no provocación al enfrentamiento o protagonismo de conductores que asumen rol de jueces o fiscales. Queremos información imparcial y no la transformación de los medios en arma de lucha política o escenario de enfrentamiento.
No se busca restringir la Libertad de Expresión a la que todo ciudadano tiene derecho. Todos podemos expresar nuestras opiniones por cualquier medio. Pero no todos pueden trabajar la información noticiosa de manera profesional. Derecho a la Libertad de Expresión no es lo mismo que Derecho a la información. El primero protege las opiniones y el segundo la información verificada y comprobada. Se quiere mejorar los procesos de producción de noticias para que la sociedad esté bien informada y pueda participar de la democracia de manera más correcta.
Tampoco se busca perjudicar a personas que durante años de práctica brindaron un servicio social destacado y útil sin haber pasado por universidades. Estas experiencias deben contribuir al mejoramiento de esta noble profesión. Las normas nacionales lo dicen claramente: es ilegal el ejercicio de la profesión si no se cuenta con licencia universitaria.
El periodismo es una profesión como cualquier otra. Necesita capacitación sistemática en aspectos técnicos y éticos porque no son conocimientos con los cuales se nace. El Estado delega a las universidades la función de formar recursos humanos capacitados para identificar temas relevantes para la comunidad e investigarlos. Son técnicos especializados en codificar mensajes con información que exige verificación y contrastación con fuentes antagónicas.
Existen empresarios y directivos de medios que contratan personas sin calificación para reducir sus costos de operación. Es una actitud irresponsable porque es como permitir que un hospital contrate curanderos para hacer cirugías. Un mal médico puede matar un paciente. Un mal periodista puede matar civilmente a un ciudadano o institución. Tenemos muchos ejemplos ocurridos en los últimos años.
Imprenta en el Palacio de La Glorieta en Sucre |
Necesitamos que los periodistas vayan al fondo de los hechos y no hagan show con temas importantes para la sociedad. Esperamos causas y consecuencias respecto de los acontecimientos y no provocación al enfrentamiento o protagonismo de conductores que asumen rol de jueces o fiscales. Queremos información imparcial y no la transformación de los medios en arma de lucha política o escenario de enfrentamiento.
No se busca restringir la Libertad de Expresión a la que todo ciudadano tiene derecho. Todos podemos expresar nuestras opiniones por cualquier medio. Pero no todos pueden trabajar la información noticiosa de manera profesional. Derecho a la Libertad de Expresión no es lo mismo que Derecho a la información. El primero protege las opiniones y el segundo la información verificada y comprobada. Se quiere mejorar los procesos de producción de noticias para que la sociedad esté bien informada y pueda participar de la democracia de manera más correcta.
Tampoco se busca perjudicar a personas que durante años de práctica brindaron un servicio social destacado y útil sin haber pasado por universidades. Estas experiencias deben contribuir al mejoramiento de esta noble profesión. Las normas nacionales lo dicen claramente: es ilegal el ejercicio de la profesión si no se cuenta con licencia universitaria.
Comentarios
Publicar un comentario