Recovas virtuales

No es verdad que el uso de redes disminuya la comunicación real. Tal vez lo sea para algunas personas que tienen dificultad de relacionamiento. Para la mayor parte de usuarios la comunicación ha aumentado en todas sus formas y posibilidades desde que apareció la red internet y luego el Smartphone. Todas las aplicaciones incrementan las interacciones virtuales y reales en una suerte de gigantes recovas donde reina un griterío desordenado y muchas veces caótico.
Hay espacios más ordenados y formales que otros. Hay también lugares peligrosos y arriesgados. Es necesario saber moverse con cautela y rapidez donde se sabe que un descuido puede costarnos más de un lamento.
(foto propia)
Más deslumbrante aun es entrar en un mercado dentro de otro. Los “Barrios Chinos” en el Facebook boliviano son gigantescos en comparación con los mayores colectivos ciudadanos. Es como entrar a “La Cancha” del tamaño casi del propio cercado. Sorprendentes y llamativas son las ofertas y demandas de sus callejuelas de navegación.
Hay oferta de aparatos pequeños y grandes. Desde sistemas de amplificación hasta celulares de alta y baja gama. Se ofrecen juegos de muebles y ropa de todo tipo. Hay anuncios que demandan productos indicando el monto aproximado con el que se cuenta para la transacción. “Necesito un celular de 400 Bs”.  También se promueve subasta de objetos sobre la descripción de un producto y una base que el vendedor considera mínima. Otros prefieren el intercambio directo sin la mediación de moneda. “Permuto celular Samsung por radio SONY para auto”.
Se anuncian fiestas y eventos sociales juveniles en los barrios. Hay links con videos de chicas que cantan o bailan frente a las cámaras de sus celulares. Las reacciones generadas son de lo más divertidas. Algunos elogian tamañas osadías con entusiasmo. “Te ves muy linda bailando”. Otros las condenan y desprecian llegando al insulto y la descalificación radical. “Qué asco, no ubicas nada de ritmo”.
Hay mensajes de auto-regulación grupal. “Se advierte que estamos eliminando personas inescrupulosas que están subiendo pornografía y mensajes inmorales. Ya tenemos identificados a los que vuelven a entrar con otras identidades”. Miechi!. Los administradores de los grupos asumen ese rol  de control de manera espontánea y con evidente sentido de responsabilidad. Hay valores de convivencia compartidos por vendedores y compradores.
No faltan anuncios de caridad con los que se busca ayudar a personas necesitadas. “Niña necesita ayuda para su tratamiento médico de alto costo”. Las reacciones son serias y demuestran solidaridad.
Se ofrece entrar a grupos de whatsapp que tienen por objetivo informar en qué puntos de la ciudad hay batidas de Tránsito. Al parecer su popularidad es masiva porque se advierte que ya se cerraron los cupos y que se están abriendo otros grupos con las mismas características. “Atención…. Hay batida en la Blanco Galindo  Km 3.5”. Se nota cierta bronca contra los efectivos de las fuerzas del orden en los comentarios. “Mentira, acabo de pasar por ahí y no hay nada”. Afirma un miembro del grupo secreto. “Más seriedad por favor, este es un grupo de gente responsable”. Llama la atención el administrador.

Son usos y consumo de la diversidad de ofertas de las nuevas recovas virtuales que desarrollan sus dinámicas libremente en el ciberespacio conectado con algún territorio local. Los hay en todas las ciudades de éste y otros países. Son el reflejo de una cultura de oferta y demanda que resuelve de vez en cuando necesidades relevantes o consumos sin importancia aparente. Son interacciones en las que ambas partes de la transacción obtienen algún beneficio material o simbólico en interacciones virtuales convertidas en reales.

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