Sonidos electrónicos de británicos y bolivianos
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Mega-trío británico |
Nadie supera a los
ingleses en el rock. Ellos hicieron y hacen las mejores obras de este género
desde sus inicios en los años 60. Así lo demostró el trío Muse la semana pasada
al lanzar el video de “survival” que está dedicado a los juegos olímpicos 2012
de Londres. Es un tema bastante simple pero con la fuerza y vitalidad de los
grandes himnos creados por setenteros como Queen y otros. Solos de guitarra y
coros poderosos imaginados por apenas tres changos recuerdan la marca sonora de
fines del siglo XX e inicios del XXI. Un megatrío británico marca el ritmo del
rock global. Esta vez al compás de una competición olímpica.
Pero Radiohead se
lleva la flor en innovaciones estéticas musicales. Hace años que es considerada
una de las mejores bandas rockeras del
mundo. Su fama no es casual. Hace un rock que sintetiza e integra las
tendencias musicales más importantes de las últimas décadas: electrónica y
minimalista. Es el mismo artificio de integrar lo popular-masivo con la
vanguardia que emplearon los Beatles a partir del revolucionario “Revolver” de
1965. Experiencia madurada ampliamente poco después por Ten Years After y King
Crimson.
La última grabación
“The King of Limbs” del año pasado comienza con un tema espectacular que
ejemplifica esa fusión. “Bloom” es música minimalista porque expone un tema que
se repite obsesivamente con variaciones mínimas disfrutables sólo en estados de
alta concentración. Cada instrumento contribuye a la configuración de una
estructura musical compleja que permite improvisación con los límites del tema
principal. Es una erudición en lenguaje consumible por público masivo. La
industria cultural sorprende frecuentemente con maravillas de este porte.

Abre grande tu boca
El universo suspirará
Y mientras el océano florece
Esto es lo que me mantiene vivo
Entonces ¿por qué aún duele?
No hagas volar tu imaginación en el por qué
Estoy saliendo de la órbita
Dando volteretas
Ojos de una tortuga gigante
Peces tímidos pasando
A ello se suman dos bronces que acompañan en unísono a la voz.
Simplemente ¡bestial!. Rock del siglo XXI. Clima electrónico con instrumentos
convencionales del rock.
Varios temas del disco siguen esta línea que es el sello de esta banda.
Todo el álbum es altamente recomendable. Una vez más los ingleses dan la pautas
para la evolución de la música.
Erick Cuevas |
La primera
vez que vi algo similar en Cochabamba fue el año pasado con la banda de
Electro-jazz que Erick Cuevas armó en Nacunna haciendo jazz electrónico con
instrumentos convencionales como guitarra y batería. Había un baterista de La
Paz (Sergio Vargas) que marcaba el compás como si fuese una computadora. Lucho
Pérez improvisaba en secuencias minimalistas con la guitarra y el DJ Guerrero
tendía una base para completar el clima contemporáneo. La trompeta de Cuevas
hacía variaciones sobre temas populares del folklore nacional en lugar de la
voz. Era jazz nacional del siglo XXI. Un regalo sonoro para oídos k’ochalas.
La energía
del rock y la capacidad de integrar lenguajes musicales que tienen los ingleses
refuerza la idea de que hay algo misterioso en ese país que nos halaga con
buena música desde los años 60. La música electrónica no sólo ha revolucionado
la forma de estructurar el sonido en base a intencionalidades estéticas.
También está cambiando los esquemas mentales de la composición y obviamente del
disfrute de la organización del sonido y el silencio.
Tampoco es
un misterio que buenos músicos bolivianos acompañen de cerca las tendencias más
vanguardistas del mundo. Combinar tradición con modernidad es una constante en
la actitud estética de importantes músicos nacionales. Son conexiones de
nuestras raíces con la cultura digital y minimalista global.
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