Anti-ekeko peligroso
El Ekeko es un personaje que trae alegría y prosperidad a los paceños y bolivianos. El olor a incienso y el derroche de ilusión, con deseo de progreso, marcaron la fiesta este año 2024. El pequeño bigotudo estuvo, como siempre, con algún cigarro en los labios y las huellas de haber recibido un sorbo de trago. Más allá de pedir buena suerte y bienestar al generoso y abundante hombrecito, las personas regalaron dólares a desconocidos, afirmando que se trata de dinero para pagar las deudas. Justo ahora que hay escasez de los ansiados billetes verdes. Un verdadero acto comunitario y de solidaridad, que llena de orgullo a nuestra abigarrada identidad boliviana.
Pero este año lo bueno llegó con su nefasto paralelo contrario. Un antiekeko enfermo por el poder pone en jaque, desde hace más de una semana, a todo el país, con bloqueos carreteros en protesta por la prórroga inconstitucional de las funciones de los altos magistrados del Órgano Judicial.
En realidad, es una lucha básica entre dos grupos que se disputan el supuesto autoendilgado rol histórico de salvar al país. Todas las canastitas cargadas de verduras y víveres del 24 de enero están siendo pisoteadas por la irracionalidad de sujetos sin escrúpulos. Es un estado de deterioro moral que infecta la vida de nuestro pobre y maltratado país.
Foto propia |
El siniestro sujeto puso hace
años a esos abogados para que hagan de la justicia boliviana un apestoso fleco
sin valor. El otro libidinoso por el poder los usó en contra del primero, para
sacarlo de la contienda, en un aparente acto de reparación de la justicia y respeto
a la Ley. Pero los abogadillos decidieron quedarse nomás, tal vez para salvar
el país. Ahora no se sabe cuál es el peor. Todos son un asco. Cero contenido ideológico,
nulo proyecto social, ausencia de visión por una sociedad mejor. Las bajas
pasiones se han puesto en acción sin un atisbo de vergüenza.
En las alasitas se apuesta por la
esperanza y el deseo de prosperidad. En la política se busca anular el
crecimiento y el progreso, con la falacia de que los monstruos son los demás.
Es un afán destructivo sin límites. El Ekeko sonríe e irradia una alegría
desbordante que nadie consigue ignorar, ni puede dejar de participar. Es una
fiesta feliz de aimaras, mestizos y criollos que se abrazan con sana hermandad.
Es lo que los políticos debieran tratar de captar para incluir en sus discursos
fofos cargados de clichés.
Probablemente los carnavales
puedan distensionar o puedan postergar el estúpido juego de tronos que nos
afecta a todos. Pero la impostura continuará por meses, por años o mucho más. El
poder de manejar gente con dineros sucios para bloquear se está convirtiendo en
el verdadero poder de hacer y deshacer todo en este país. Si el anti-ekeko sale
con su gusto y logra postular, hay el riesgo de que, si pierde, vuelva a
bloquear aludiendo fraude o cualquier barbaridad. No es chiste lo que estamos
viviendo en este jueves de compadres. Ojalá el buen Ekeko pueda ofrecernos una
solución, aunque en miniatura, para poder creer de nuevo en la sensatez.
Este año la gente sólo compró
dólares en la fiesta, mientras el ministro dice que hay especulación. La moneda
boliviana perdió su atractivo y está perdiendo valor. No es un problema
ocasionado hoy. Todos sabemos que es consecuencia de la mala administración de
la bonanza del pasado reciente. Aun así, el boliviano tiene fe. Sigue creyendo
en un mundo mejor. En un país donde se respete la Ley y se cumpla la
Constitución. Pide al buen Ekeko que retribuya su trabajo honesto y esfuerzo
con las empanaditas y salteñas en miniatura que compró con alegría. Espera que
sus contratos de trabajo y compra de casas o carros se conviertan en realidad. También
espera que estos antiekekos dejen de tratarlo como si fuera incauto. El
pensamiento y la conciencia celebrados con el buen Ekeko son ciertamente más
poderosos que las nefastas angurrias de poder.
Eso deseamos en este inicio del tan esperado carnaval.
Qué interesante que el imaginario real se proyecta en las acciones concretas de fe y creencias, en contraposición del discurso oficial gubernamental. En suma, la situación real se la puede ver en estas manifestaciones. Un excelente indicador para considerar la situación real económica del país.
ResponderEliminarY el boliviano persevera con su imaginario en un horizonte misterioso. Nos sostienen las tradiciones. Lindo y triste texto
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