Nos ubicaremos
La convulsión que se vive en Bolivia no es solamente por la
gran sospecha de fraude basada en evidencias de movimientos irregulares de
ánforas, papeletas y otros. Se debe a la impostura del presidente por que
querer mantenerse en el poder de manera obsesiva violando la CPE, manejando
todos los poderes del Estado a su conveniencia, desconociendo los resultados
del 21F, inventado ridículos argumentos para hacer prevalecer “su derecho
humano” a perpetuarse, manejar los tribunales a su antojo para imponer su
capricho, hacer una campaña insultante con todos (nuestros) los recursos del
Estado, intentando persuadir al pueblo de su falaz noción de democracia “salida
del pueblo”. A lo que se suman las dos horas de silencio del domingo en el que
los resultados se vuelcan a su favor, más la interrupción del conteo de toda la
noche y el nuevo dato de la diferencia del 10 %, que le da el triunfo en primera
vuelta.
La bronca es contra todo eso, no es que solo viendo
el resultado de tu mesa en el sistema web, donde no sabes a qué lado está tu voto,
o porque te expliquen, oficialmente, que imposible el fraude, que la gente se
va a tragar algo que hace parte de la crisis del Estado de Derecho al que nos está llevando este gobierno. Se mintió mucho. Se perdió la
confianza. Y la gente lo sabe, se da cuenta y no quiere. Por eso es el
peligroso desmadre al que nos empuja el MAS. Aquí no hay golpe de Estado, ni derechas, ni fantasmas. Solo demanda por el respeto a la democracia.
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