Ringo no es esencialmente inocente

(foto propia)
Alguien regaló tiernamente una mascota al presidente como si fuera un peluchito inocente. Ringo es el nombre con el que inmediatamente el mandatario ejerció su rol bautista. Es un mensaje más dentro los muchos que se usan en política para persuadir a votantes indecisos. Amantes de animalitos. Una tendencia emocional ampliamente activada en redes sociales y medios de comunicación.
No es extraño que los políticos utilicen creativamente los recursos comunicacionales para lograr sus objetivos proselitistas. Los medios masivos eran usados como recursos de información y comunicación. Luego fueron convertidos en escenarios y también armas de lucha política. El 21 de febrero del 2016 esa guerra se trasladó a las redes sociales que estaban fuera de control del poder. La Libertad de Expresión de los ciudadanos permitió generar importantes momentos de cuestionamiento y rebelión. Fue un traslado espontáneo e imprevisto para el poder. Este año electoral la guerra es multimediática. Todo vale para lograr votos. Escenas construidas y retórica “buena onda” buscan la gentil persuasión.
Se esperaba que esta campaña esté concentrada en las redes sociales. No es así.  Tal vez por la imposibilidad de controlar la interactividad de la estructura de red. En los medios se envía el mensaje de un punto a miles de receptores que lo decodifican inevitablemente. En las redes hay que lograr que cada usuario lo rebote generando viralidad. Para ello tiene que estar de acuerdo con el contenido. Lo contrario arruina el plan persuasivo. Puede provocar reacciones contrarias o inclusive bloqueo. Son lógicas diferentes.
Esta batalla es forzada y con reglas atropelladas. Se impuso la habilitación inconstitucional. Es como pelear con manos amarradas. El arsenal oficial es mucho mayor que el de toda la oposición junta. Las instituciones y poderes del Estado están alineadas con recursos humanos y mediáticos incluidos. La igualdad de condiciones es una falacia.
Es perceptible una planificación estratégica que ha superado el dualismo “proceso de cambio” versus “neoliberalismo”. Esa ya no es la disyuntiva actual. Se ha visto que los alineamientos internacionales se orientan por el extractivismo gringo o por el chino y sus aliados. Lo demás es puro discurso.
La dualidad “democracia” versus “autoritarismo /dictadura” también está debilitada. Los mensajes oficialistas no muestran a Evo con su retórica simple y maniqueísta que no convence ni a los masistas. Ahora se muestran carreteras o ministros entregando obras y aparatos en hospitales. Escenificaciones de progreso e industrialización de las que participan personas comunes. “Yo soy Bolivia” repiten entusiastas jóvenes convencidos de las maravillas del país de Alicia. Obras y más obras en spots de producción y difusión millonaria. Dávidas y decretos. Beneficios y contratos. Desforestaciones y compromisos.
En las redes se ve una guerra sin tregua contra un Mesa asustadizo y sin capacidad de reacción. Poco cínico para estar a la altura de éstos. Debilidades magnificadas y satirizadas en memes y caricaturas que aumentan el deterioro de su imagen. A eso se suma el alarmista uso de encuestas tergiversadas y mal hechas. Una obsesión oportunista y poco creíble de lucha anticorrupción de Ortiz. Todos contra quien tiene algo de arrastre. La oposición dividida entrega la silla bien envuelta y en bandeja. La misma historia de Venezuela.
La disputa es el voto de gente joven que sabe la historia nacional aprendida en colegios y la tele. Se preocupa con el presente y el futuro más individual que colectivo. No tiene mayor idea de la diferencia entre democracia y dictadura. No han vivido eso.
Los mensajes de uno y otro lado atacan sin descanso en una contienda cuyos resultados son imprevisibles. Medios masivos y redes son escenario y arma de lucha siempre sucia y deleznable. Los ciudadanos tienden a votar de acuerdo con sus convicciones y proyectos personales. El dualismo “estabilidad” frente a “incertidumbre económica” está en aparente y radical juego. Así fue planificado por los ideólogos oficialistas. Moraleja: Un triunfo sin fraude de esa primera opción sepultará el mito de la “vocación esencialmente democrática” del pueblo boliviano. Son tiempos de mascotas que perdieron su esencial inocencia.

Comentarios

  1. Muy buen análisis, querido Marcelo. Creo que, en lo real, Ringo sigue siendo inocente; la culpabilidad es de quién usa la vida y la imagen de Ringo de manera electoralista.

    Quizá la frase es "habilitación inconstitucional".

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