Fuga hacia las redes
La generación de opinión pública se ha enriquecido con el
surgimiento de las redes sociales. Hay quienes afirman contrariamente que se ha
empobrecido. El hecho es que la producción de verdades ya no es la misma de
épocas pre-digitales. Los ciudadanos reciben más datos y acceden a más fuentes
que en el pasado. Sus referentes tienen más elementos de contraste. También
reciben basura. La programación de medios masivos se está debilitando como
fuente privilegiada de credibilidad. Su gran desafío es recuperar ese lugar
central de irradiación e influencia que durante décadas hizo que los medios
masivos sean factor relevante para la opinión pública.
(foto propia) |
Las redes sociales están desplazando a los medios masivos en
su rol tradicional porque no están controladas y no son instituciones (medios).
Son personas conectadas. Sus principales detractores y críticos son justamente
quienes tienen vínculo o pertenecen a poderes oficialistas en el mundo. Las
redes tienen defectos y fortalezas. Permiten la circulación de razones e
irracionalidades. Son el espacio actual de producción de opinión ciudadana. Por
eso el poder les tiene miedo y no se cansa de descalificarlas acusándolas de peligrosas
cunas de mentira. Como si el poder fuera la fuente virtuosa de la verdad.
Los medios de comunicación masiva y sus sistemas
periodísticos de información están obligados a cumplir su rol en favor del
Derecho a la Información de la sociedad. Justamente porque ahora circulan
mentiras y post-verdades propias de los tiempos de profusión de mensajes de
dudosa calidad. El periodismo debe cumplir su rol con la destreza técnica y
ética que exige el manejo de información. Hacer un esfuerzo por evitar la
incidencia nefasta de los sistemas políticos y económicos en sus letras. Sus responsables
deben revisar los ideales del buen periodismo.
Los periodistas deben tratar de producir noticias veraces y
con equilibrio. Según el Código Nacional de Ética Periodística no pueden
mezclar información con información comercial. De pronto se ha puesto de moda
que los periodistas promocionen productos o servicios bancarios y otros. ¡Qué
desubicados!. ¿Cómo van a tener credibilidad si toman parte por una
organización con intereses económicos? Es imposible hacer un trabajo de información
correcta si se recibe cualquier tipo de prebenda o remuneración por parte de
empresas o instituciones. Es antiético. Así lo dice nuestro mayor código
nacional de ética.
Los políticos deben dejar que los periodistas hagan su
trabajo profesional. Los periodistas no debieran transformarse tan fácilmente
en políticos. Cuando entran a la política se ve horrible que vuelvan con su
misma cara. Los poderes políticos y económicos deben dejar de controlar los
contenidos y agendas informativas.
El sistema mediático debiera mantenerse independiente del
sistema político. Es un asunto difícil pero no renunciable. Los medios
estatales tendrían que ser pluralistas para evitar el pesado y aburrido
monólogo. Los medios sensacionalistas debieran informar y orientar a los
ciudadanos en caso de catástrofes y no sembrar pánico con sus horribles
musiquitas de película. Debieran respetar la dignidad y la imagen de los
sectores vulnerables. Los directivos de medios tendrían que pagar salarios
dignos a sus trabajadores. Todos debieran cumplir la Constitución Política del
Estado Plurinacional: garantizar el Derecho a la Información y Comunicación. Proteger
y defender los valores e instituciones de la democracia.
Hay honrosos medios y periodistas dignos que no perdieron la
brújula del trabajo correcto. Menos mal. Pero más son los que renuncian a los
principios básicos del periodismo. Algunos bajo presión y otros por
descompromiso.
Mientras tanto es en las redes sociales donde los ciudadanos
están seleccionando información que alimenta su toma de posición frente al
mundo público. También están encontrando semejantes con quienes comparten sus
decepciones y el malestar que se genera con el manejo errático de la
democracia. Están armando sus argumentos racionales y emocionales para
participar e intervenir en los momentos cruciales de la historia. Están
haciendo tambalear al poder. Están ejerciendo por iniciativa propia lo que el
Estado delegó a los periodistas y medios de comunicación: los Derechos a la
Información y Comunicación.
Comentarios
Publicar un comentario