Re-re-re apología del cuerpo

(foto propia)
Hace algunas semanas alguien me dijo “aquí las personas creen que las más bellas y bien vestidas son automáticamente buenas”. Obviamente se refería a buena de bondad. La belleza física fue siempre exaltada en diversas épocas de la historia. Los antiguos griegos la consideraban una virtud. Poetas y artistas han creado obras de indiscutible calidad inspirados por la belleza. Es más. El gran compositor de Bossa Nova Vinicius de Moraes dijo “que me disculpen las feas pero la belleza es fundamental.
En el presente se ha construido un ideal de perfección que toma el cuerpo y lo sacraliza de una manera excesiva e irracional. Las personas hacen dietas para mantenerse en “forma”. Se operan obsesivamente el rostro y todo lo que en el cuerpo aparezca como imperfección para lograr ese ideal. Se ha creado una industria médica que se ocupa de la cirugía estética como si lo externo fuera lo más importante de la humanidad. Cientos de ciudadanos/as brasileños/as se hacen cirugías estéticas de las más variadas en Santa Cruz cada año. Los precios aquí son mucho menores que en otros países. Ese tipo de medicina es un buen negocio. 
Se prioriza tanto el cuerpo que lo demás parece no tener importancia. Los valores morales y la ética no tienen el peso ni el espacio necesarios para su cultivo. Ni qué decir de la tradición ilustrada cuya incidencia pierde cada vez más relevancia ente los grandes dilemas de la humanidad. No se trata de una nostalgia insulsa sobre un paradigma que tuvo enormes falencias al haber apologizado la racionalidad como única tabla de salvación de la humanidad. 
El problema es que los libros siguen perdiendo terreno ante la información masticada y light que se ofrece en lenguaje multimedia a través de las redes. Todo hay en youtube o en formato ppt. Los jóvenes ya no necesitan leer cientos de páginas para conocer las ideas de los grandes pensadores. Ahora importa más resolver problemas "sobre el pucho" sin comprender los antecedentes ni el contexto.
Pensamiento crítico e información histórica parecen no ser relevantes ni en profesiones como el periodismo. Los criterios de contratación de periodistas de medios audiovisuales son meramente corporales. El público tiene que aguantar personas que no saben hablar o no tienen la menor capacidad de hacer una entrevista. El argumento que exalta la cara bonita descuida la importancia de una profesión que amerita entrenamiento técnico y ético sobre la información. Muchos conductores de informativos son tan desinformados y carecen de sentido común que acaban perjudicando el ejercicio de derechos. Pero bailar y lucirse ante cámaras lo hacen a la perfección.
(foto propia)
La sacralización del cuerpo recurre a parámetros de belleza occidentales. Para algunos es un síntoma de despersonalización. Antes le llamaban alienación. Otros encuentran satisfacción en ese ejercicio de libertad sobre el uso del propio cuerpo. Lo curioso es constatar que hasta los rasgos étnicos son negados con tal de verse más blancos/as o más altos/as.  
Todos son libres para hacer de sus vidas y cuerpos lo que mejor les parezca. Pero ¿qué pasaría si las dimensiones no corporales fueran tan priorizadas como lo es el físico?. La historia y la sociedad serían otras. Para tener un cuerpo bello y perfecto no es necesario ningún mérito personal. Con dinero se compra prácticamente todo. Menos las virtudes ni la bondad.

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