La caperucita se comió al lobo

Alejandra Alarcón no pinta paisajitos para adornar las salas con colores que combinan con el sofá o las cortinas. Su obra es un desafío que interpela la humanidad en sus más íntimas y perversas pulsiones. Los mensajes que construye inundan las mentes a través de la vista para provocar y no para complacer. Combina imágenes sublimes y tiernas con impactantes y sangrientas figuras que están en permanente antagonismo. En terrible contraste. Alejandra es cochabambina. La muestra de acuarelas y videos que se expone en el Centro Patiño es una combinación de varias series producidas en años recientes. También están disponibles en el portal web que lleva su nombre. Muestra figuras femeninas con máscaras de lobos azules. Personajes de cuentos infantiles en situaciones extremas. Esqueletos animados invadidos por granos colorados y cristalinos de granada. Figuras flotantes que sangran y visten medias de donde brotan líquidos rojos. Cuerpos con curitas. Esqueletos humanos abrazados tiernamente ...