"Ausente de uno mismo"


Hay interesantes novedades en el rock cochabambino. No es tan cierto que los rockeros cochalas se han hundido mediocremente en la copia y repetición de éxitos de músicos extranjeros (covers). Esa preocupación está siendo superada por iniciativas originales que conectan las nuevas tendencias estéticas de la música joven mundial. La banda “Las Chicas Delfín” acaba de lanzar el video clip “Kaloba” para demostrar lo contrario (https://www.youtube.com/watch?v=UWMG0u7lRCQ).
Se trata de un video que combina escenas de la actuación del grupo con la narración misteriosa de un encuentro de dos parejas que caminan por la noche luminosa y colorida de Cochabamba. Manejo de cámaras y edición impecables en manos del cineasta Martín Buloc. Es un tema pop escogido para iniciar una entrada certera al mercado. Hace parte de una estrategia que cerrará con el lanzamiento de un álbum dentro de un par de meses.
La banda está formada por Daniel Abud en la guitarra y voz. Simón Peña (Chuntu) sintetizador y voz. Brian Camacho en el bajo y Osmar Ballesteros en la batería. Su música podría clasificarse como rock experimental indie. Para wikipedia es una combinación de “sub-géneros que incluyen al lo-fipost-rockmath rockindie popdream popnoise rockspace rocksadcoreriot grrrl, entre otros.” Demasiada especialización para quienes nos limitamos a vivir humildemente la experiencia de los inicios de este fundamental género musical del siglo pasado. Es un rock suave con letras simples que hablan de las preocupaciones de jóvenes en tiempos de globalización.
La música de la banda recurre a la improvisación en un acto de “estar ausente de uno mismo”. No les importa tanto los rótulos que la genta les pueda dar. Para ellos es una especie de acto de canalización de energías y fuerzas que salen del interior. No tienen control sobre ellas. “Me olvido que soy Daniel y que soy boliviano. No estoy. No puedo decir que yo la compuse porque juro que suena en la cabeza y yo solo trato de acordarme y reproducirla”. Explica el vocalista.
Les gusta el rock raro y bizarro. Tienen influencia de lo ácido de la música psicodélica de las décadas pasadas. Tienen mucho de música electrónica. La presencia del sintetizador marca el clima sonoro por excelencia del siglo XXI. También hay elementos de minimalismo en momentos de ritmo 4 x 4 definidos por el uso de beat motorik.  “Es más fácil trabajar con máquinas que con personas”.
Pero también hay influencia de música percusiva latinoamericana. Ritmos salidos del folklore y la música de fiestas populares que se escucha en las calles. “Escuchamos en carnaval, en bandas de pueblos o en la tarqueada”. No quieren copiar ni estancarse en covers. Su intención es ir en contra y romper con esa mala tradición cochabambina.
Foto: www.facebook.com/chicasdelfin/
Su público está conformado por jóvenes universitarios de 18 a 25 años que se organizan en pequeños grupos por afinidad de gustos y códigos culturales. Diversas bandas innovadoras están detrás de estos espacios en un momento en que parece gestarse un movimiento más amplio.
Es una propuesta que merece la atención de los rockeros del pasado que están pendientes del futuro. Los del presente ya están conectados obviamente.

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