Clima de fiesta y risa en las redes
![]() |
Mascaras antiguas, foto propia |
“Un día de fiesta le gusta a cualquiera, ya sea en un pueblo o en la gran ciudad”. Dice una bella canción de Lito Nebia de los años sesenta. Es verdad. Todas las fiestas son celebraciones de algo. Puede ser un santo o un aniversario. También un hecho histórico como una reunión para festejar la identidad.
Las fiestas rompen el orden cotidiano de la rutina del trabajo y la productividad. Sirven para generar un “otro” tiempo y espacio de interacción donde las reglas se alteran. Las jerarquías se diluyen. Todos tienen el mismo nivel de relacionamiento y no es posible ni necesario recordarlo. Menos hacer prevalecer su rol social.
En las grandes fiestas colectivas los roles suelen invertirse. Los dominadores asumen el rol opuesto y los dominados asumen el poder. El festejo recurre a las alegorías para expresar los grandes temores y fantasmas de la colectividad. La memoria histórica reaparece en forma de disfraz para representar los miedos y contectarlos con el futuro de manera optimista. No hay expresión de miedo que no proyecte una visión de superación.
La alegría de la fiesta se estimula con la invención colectiva de un clima de felicidad que contagia a los participantes. Para ello todos ríen. Ríen unos de otros y entre todos porque esa es una las razones de la fiesta. La risa exorciza los miedos y fantasmas. Sirve para liberar las ideas que en el outro tiempo de la disciplina no se las puede expresar. La fiesta es um momento de libertad. El cuerpo y La palabra se integran para “decir” cosas difíciles de ser dichas en el mundo del orden. Los lenguajes verbal y no verbal sirven para hacer reír.
La gente se rie de los otros. Se rie del poder. Se hace bromas con las debilidades del autoritario y del abusivo. La risa es peligrosa para el poder. Siempre lo fue. En la antiguedad y en la Edad Media la risa era castigada. El chiste político fue subversivo en tiempos de dictaduras militares. La gente reía de los absurdos que cometían los castrenses. Siempre fue imposible censurar el humor popular del lenguaje y los chistes que se cuentan em reuniones familiares y de amigos. Es una forma de conciencia que recrea la realidad y la convierte em parodia para soltar las broncas de la gente contra lo que considera que no es correcto. El humor tiene uma sabiduría que se activa por la inteligencia colectiva. Expresa el malestar ante una situación actual en forma cruda y vulgar de realismo grotesco. Recrea lo absurdo y ridículo del exceso soberbio y lo vincula implícitamente con lo contrario: el mundo como debía ser.
En el chiste de la fiesta se dice las cosas sin decir. Se las insinua metafóricamente relacionando lo absurdo con la realidad. El humor popular hace reir porque dice alguna verdad. Por eso es chiste.
Hoy las redes sociales asumieron en gran medida el clima de la fiesta popular. Cuando se entra al Facebook se rompe con la disciplina del orden. Se sabe que se encontrará humor e irreverencia. Por eso se espera los chistes y el bulling de los amigos y parientes. También se critica al poder. Se lo ridiculza em sus excesos y actos absurdos que contradicen lo que se cree sensato. El meme es el formato por excelencia más crudo de expresión de la conciencia crítica. Con él se demuestra que la población está conciente de los abusos del poder. El meme se ha convertido en el medio más eficaz para decir com humor que el poder no es absoluto. Por eso el miedo pasa al otro lado. Porque el humor es subversivo.
Comentarios
Publicar un comentario