¿Es bueno o malo el maniqueísmo?, estructuras mitológicas en política

La semana pasada el PIEB presentó una investigación denominada “Construcción simbólica del Estado Plurinacional” en el Centro Cuarto Intermedio.
Yuri Tórrez y Claudia Arce hicieron un levantamiento sobre los emblemas y narrativas que se usan a nivel oficial para legitimar tanto el discurso como la gestión pública. El estudio presenta antecedentes de la construcción del discurso y recurre a momentos históricos en los que ciertos personajes determinaron sus bases.
Del siglo XVIII rescata la figura heroica de Túpac Katari que hizo referencia al retorno del Inca. Figura mesiánica que tiene semejanza con personajes claves de la cultura occidental. También se rescata la rebelión de Zárate Willca en una perspectiva cultural andina porque no es un “salvador” típico. Propone volver al pasado a través de reedición de estructuras prehispánicas. Son dos cosmovisiones de mundo distintas que se chocan y comienzan a mezclarse.
El pensamiento andino concibe el tiempo y el espacio cíclicos. Lo que ocurre hoy ya ocurrió en el pasado y volverá a ocurrir en el futuro. Todo va y vuelve en la vida y en la historia. Los opuestos se complementan. Los humanos somos buenos y malos a la vez. No existe alguien esencialmente bueno o perverso. Todo tiene un lado claro y otro oscuro.
Foto: http://livinglavidacocha.wordpress.com/page/2/
En la cultura occidental el tiempo es lineal. Todo lo que comienza tiene un fin. Las estructuras escatológicas del mundo judeo-cristiano dejan claro que en la vida somos buenos para ir al cielo después del juicio final. Si nos portamos mal iremos al infierno donde están todos los pecadores y seres perversos. Las personas deben ser buenas y nunca malas. Los buenos no pueden convivir con los malos. Deben rechazarlos y vencerlos.
La historia para la cultura occidental es una lucha de los buenos contra los malos. De ahí viene el pensamiento maniqueísta que ordena al mundo sólo en esas dos opciones y define las narraciones de la cultura globalizada. El cine y las telenovelas tienen héroes que luchan contra bandidos. El periodismo y la publicidad representan confrontaciones entre situaciones ideales y adversas para proponer el consumo de bienes y servicios. La política no se salva de esta estructura mitológica reduccionista y empobrecedora de la cultura humana.
El marxismo es un ejemplo de pensamiento escatológico porque afirma que la historia es una lucha entre clases antagónicas. Los proletarios deben organizarse para tomar el poder y hacer la revolución que los llevará a la sociedad sin clases sociales, donde todos son felices y comen perdices. El comunismo es una alegoría del paraíso terrenal o el mismísimo cielo. El capitalismo es el infierno. Una contradicción para una filosofía que se precia de ser altamente racional y hasta atea. Una muestra de que los paradigmas son estructuras mentales que nos imponen conceptos aunque tengamos la convicción de ser altamente críticos.
En el Estado Plurinacional se adaptaron elementos de ambas cosmovisiones pero con prevalencia del maniqueísmo occidental. Es una paradoja para el discurso descolonizador. Se construyen mitos y realizan ritos con símbolos extraídos de la historia colonial y republicana, que se reactivan en un contexto global polarizado.
Para que existan mitos es necesario sacralizar personas e ideas. Es elevar símbolos y hechos a niveles sobrenaturales, de manera que se convierten en especiales e incuestionables. El dogma es la principal característica de los mitos de cualquier naturaleza. No se cuestionan las ideas ni los héroes. Irracionalidad y emotividad son la marca de todos los mitos. Por eso son sacralizados por quienes comulgan con sus ideas y valores. Son bases de la construcción también de identidades culturales. Sirven para la distinción y el enfrentamiento.
En Bolivia se ha configurado una estructura mitológica en torno al Proceso de Cambio. Sus narrativas básicas presentan un héroe que lucha con un adversario que se opone a todo y representa una permanente amenaza. El ideal es constituido por las ideas y valores hacia los cuales se dirigen todos los esfuerzos heroicos que suelen acabar en consagración. Lo mismo ocurre en una película de Hollywood.
El Presidente es obviamente el héroe de esta historia y está conectado con los ideales de otros héroes del pasado como Túpac Katari y Bartolina Sisa. Del mismo modo están los movimientos sociales de los cuales Evo Morales es su representante. Obviamente son también los indígenas.
El elemento adversario está configurado por los k’aras y los oligarcas. El capitalismo y el imperialismo son los sistemas económicos y políticos que deben ser derrotados.
El Proceso de Cambio es la base de configuración del ideal. Está relacionado con un proyecto de socialismo que promete “Vivir Bien” y en armonía con la Madre Tierra. Rescata la sabiduría de los pueblos originarios donde se idealiza la comunidad y la reciprocidad. Se articula a la idea de que se trata de un momento de transformación del cual nace otra nueva etapa de la historia. Es el Pachakuti dentro de la cosmovisión andina y el Paraíso Terrenal en la occidental. 
El discurso descolonizador del Estado propone desarmar la historia colonial y republicana que nos dejó una sociedad desigual y con injusticias. La lucha es contra el carácter monocultural del pasado que excluyó socialmente a los indígenas. Es un enfrentamiento radicalmente maniqueísta. Para los gobernantes la oposición es una amenaza que aletea casi totalmente desarticulada. “Carajo… no me puedo morir”. Es la expresión emblemática de una derrota cantada. Por eso su éxito en la redes.
Todos los recursos comunicacionales han sido empleados para fortalecer la estructura mitológica de un discurso básico pero eficaz. No hay sociedad sin mitos ni héroes. La historia se construye con razones objetivas pero también con acciones y emociones llenas de subjetividad. Es importante comprender la dimensión mitológica de la política.

La historia es muchas veces conducida maniqueamente por la emotividad subjetiva e irracional de los actores que asumen roles heroicos en confrontaciones fantásticas que se convierten en realidad.

Comentarios

  1. Todo es maniqueo, ni siquiera es cultural. No sólo lo occidental, todas las culturas entienden el bien y el mal. Lo usamos como ayuda para resumir y entender el caos de los hechos que no tienen narrativa. Así que tu artículo también es maniqueo y mi comentario también. Uno, no puede actuar fuera de él.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo mas leído

Metástasis total

Pinches Algoritmos

"Mi carnaval es mejor que el tuyo"