Música electrónica, el arte de escuchar con el cuerpo

La música global de inicios del siglo XXI es la electrónica. No está aferrada a algún territorio y pertenece a los jóvenes del mundo sin distinción étnica ni social. Es una de las mayores expresiones del arte musical contemporáneo y tiene una estética transcultural. La producen prácticamente en todos los países. Bolivia no está al margen. El Proyecto de Producción y Distribución de Música Electrónica de Cochabamba acaba de lanzar un CD con grabaciones de compositores jóvenes llamado MOZQUITO.  

La música electrónica tiene un origen erudito. Nació en el ámbito académico de la experimentación de los vanguardistas del siglo XX. Tiene parentesco con la música concreta de mediados del siglo y la minimalista de las últimas décadas. Es considerada música de máquinas por la ausencia casi generalizada de instrumentos acústicos. Sus sonidos comenzaron a ser explotados cuando se inventaron los sintetizadores en la década de los años 60. Los Beatles fueron los primeros en incluir un melotrón en la música popular a través del tema Strawberry Fields Forever (http://www.youtube.com/watch?v=0JtzTqaWdqs). Las mejores bandas inglesas de rock sinfónico de los 60 y 70 convirtieron los sintetizadores en instrumentos emblemáticos del género. Menos los Queen que se jactaban de no utilizarlos hasta que cayeron en tentación “disco” de los 80. Los alemanes Kraftwerk y los Tangerine Dream iniciaron el electro pop con mucho éxito. Los nuevos géneros techno y house tomaron fuerza en EEUU los años 80. De ahí en adelante explotó el sonido de sintetizadores y secuenciadores que generó un mundo de nuevos géneros musicales con base electrónica. Computadoras y cajas de ritmo multiplicaron infinitamente la posibilidad de experimentar el sonido obtenido más allá de los límites del pentagrama y la escala de siete notas. Valentín Aguirre (https://soundcloud.com/lounna-dazz) dice que “…ya no existen notas sino frecuencias”. No es necesario usar ni conocer el pentagrama para construir estructuras sonoras que diluyen los límites del ritmo con la melodía y la armonía. Entre las notas DO y RE hay infinitas posibilidades de tonos. Lo mismo pasa con los compases del ritmo. Es definitivamente OTRA música que no es producida por las pulsaciones emocionales del cuerpo sino sale directamente del cerebro. Pero su efecto es eminentemente corporal. Los cuerpos son invadidos por el sonido envolvente que provoca transes sólo descriptibles por quienes lo disfrutan. Tres son los efectos sonoros en los que se basa su arquitectura. El ataque sonoro rompe una estructura de manera poderosa. El sostenimiento del efecto permite el disfrute prolongado del clímax sonoro. Y el decaimiento baja la tensión o encadena otro motivo. En esas prolongadas secuencias los cuerpos se convierten en parte de la música.

Su evolución está ilustrada en este mapa que incluye ramas de la música electrónica con subdivisiones ejemplificadas por demos con autores y temas (http://techno.org/electronic-music-guide/). Aquí se puede verificar que de las ramas más importantes de la música electrónica son seis (House, trance, techno, breakbeat, jungle, hardcore y downtempo). Y cada una tiene muchas sub-ramificaciones desarrolladas a lo largo de las últimas décadas.
No tiene discurso corporativo ni político explícito. Aunque es una respuesta al mundo global del siglo XXI y sus problemas. Se desarrolla con total fluidez en las lógicas de la industria cultural y la globalización digitalizada. Genera millones de dólares movilizando gente de todos los cantos del mundo. Sus fiestas son gigantes manifestaciones de una identidad juvenil aparentemente desconectada de los conflictos inventados la industria bélica o del calentamiento global.



El mayor ritual que congrega jóvenes es el festival Tomorrow Land que se realiza anualmente en Bélgica (http://www.youtube.com/watch?v=cUhPA5qIxDQ). Allí se celebra uno de los encuentros más importantes y grandes del mundo con la presencia de gente de todos los continentes. Su bandera política es la interculturalidad y la conexión profunda con la música.

El disco cochabambino Mozquito (https://www.dropbox.com/s/mfuuheqez6xthlb/Mozquito%20Vol.%201.zip) es un compilado de varios temas con distintas estructuras. Todas experimentan la sonoridad basada en la manipulación de la máquina en estructuras conocidas (house, techno, D&B, dubstep, electro y otras). El tema 3 es Funky house y el 5to es Dubstep/electro. Éstas y las demás composiciones son muestra de la diversidad e infinitas posibilidades de creación que las máquinas y computadoras pueden permitir al humano convirtiendo su cuerpo en otro órgano receptor de sonido bajo las banderas de la interculturalidad global. 

Comentarios

  1. Gracias mileesss!!!

    https://www.facebook.com/pages/Lounna-Dazz/162772717114261

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